Cada vez más se combinan
vinos y cocina alemana, en detrimento de la famosa cerveza. Los vinos blancos son frescos con un punto de acidez muy agradable, y los tintos potentes y carnosos, y se presentan muy agradables con la cocina alemana.
Los alimentos calientes, como las salchichas, pueden mezclarse con los blancos y las frías con los tintos, para equilibrar. Otros maridajes fantásticos son los vinos de Ribera del Duero, Brunello, blancos de Jura en Francia y vinos eslovenos tintos.
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